Hoy escribe en nuestro blog Lucía de Bloguera Viajera, una auténtica experta en viajes en familia. Junto a su familia ha recorrido España y parte del extranjero en autocaravana, y también ha vivido una aventura diferente: unas vacaciones navegando en un barco fluvial por el sur de Francia con nosotros.
En este artículo nos cuenta todo lo que tienen en común viajar en autocaravana y en barco fluvial, y por qué, si amas la libertad de las casas rodantes, el turismo fluvial se va a convertir en tu nueva pasión. ¡Prepárate para querer zarpar en tu próxima aventura!
Viajar en autocaravana o barco fluvial: 2 formas únicas de viajar a tu propio ritmo
Si eres amante de viajar en autocaravana, seguro que conoces esa sensación de libertad absoluta que proporciona recorrer carreteras sin un destino fijo, detenerte donde más te apetezca y despertar cada día con un paisaje diferente. Pero, ¿te has planteado alguna vez trasladar esa misma experiencia al agua? Viajar en un barco fluvial sin licencia es sorprendentemente parecido a hacerlo en autocaravana, pero con algunas ventajas extra que lo hacen aún más relajante.
De hecho, la primera vez que conocí el turismo fluvial gracias a Danfluvial, enseguida se me vino a la cabeza que un barco fluvial era totalmente una “caravana acuática”.
Y efectivamente, después de haber hecho varias rutas en autocaravana por España y por Estados Unidos y tras haber pasado en el sur de Francia una semana recorriendo ríos y canales en un barco con Danfluvial, me quedó todavía más claro: viajar en autocaravana o en barco fluvial son dos formas únicas de viajar a tu propio ritmo, con total libertad y muy muy parecidas.
Dos formas de conocer Europa desde la carretera, o desde el agua.
Hoy quiero contarte cómo fue nuestra experiencia y por qué creo que las caravanas acuáticas pueden ser una alternativa perfecta para quienes aman los viajes sobre ruedas. Si te gusta la idea de descubrir Europa desde el agua sin necesidad de licencia, sigue leyendo porque esta forma de viajar te va a sorprender.
Comodidad a bordo: equipamiento y confort
Lo primero que notamos al embarcar en el barco fluvial fue la comodidad. Al igual que las autocaravanas, los barcos fluviales están perfectamente equipados para hacer que tu estancia a bordo sea lo más cómoda posible.
Si te ha picado la curiosidad y quieres ver el barco al detalle (el nuestro era el modelo Mystique) aquí te dejo el tour virtual del barco y el vídeo de Youtube. Vas a ver qué pasada.
Todos los barcos tienen una cocina totalmente equipada donde no te faltará de nada, incluidos todos los utensilios que puedas necesitar. También tienen baño, el nuestro tenía tres baños completos (sí, sí, como lo oyes, tres baños con ducha y todo), tres camarotes dobles, un salón comedor y, lo más importante, una gran terraza exterior donde disfrutar de las vistas. En la terraza exterior de arriba fue donde pasamos la mayor parte del tiempo, además tenía una mesa grande, es donde estaba el timón y hasta teníamos barbacoa en nuestro barco.
La comodidad es esencial, y tanto las autocaravanas como los barcos sin licencia están pensados para ofrecerte una experiencia agradable y práctica. Poder llevar todo a bordo es comodísimo, pero eso ya lo sabes si sueles viajar en autocaravana. Además, si como nosotros, viajas con niños, ya sabes que esto es una maravilla.
Nuestro barco fluvial era incluso más grande que una caravana y tenía más espacio comparado con una autocaravana para el mismo número de personas. Eso sí, igual que con las casas rodantes, hay barcos de todo tipo y tamaños, en el caso de los barcos, puedes alquilar embarcaciones desde 2 hasta 12 personas.
El interior del barco era tan completo como el de una autocaravana, y el hecho de tener una cocina a bordo es un punto muy positivo. De hecho, durante nuestro viaje, preparamos casi todas las comidas y cenas a bordo, lo que nos permitió comer a la hora que queríamos y, sobre todo, ahorrar tiempo y dinero al no tener que buscar restaurantes en cada puerto.
Además, la opción de tener una cama donde descansar después de un largo día de navegación me pareció increíblemente parecida a la comodidad de viajar en autocaravana. A nosotros, que viajamos con niñas pequeñas, esto nos viene de lujo.
Eso de tener la comida a mano cuando las peques dicen ¡mamá tengo hambre! o tener la cama al lado cuando se empiezan a frotar los ojos de cansancio, es una maravilla.
De hecho, estábamos tan a gusto en el barco fluvial que en toda la semana solo salimos un día a cenar a un restaurante que había en el puerto a escasos metros de donde habíamos atracado el barco. Y otro día hicimos lo mismo para merendar unos crepes en una terraza en la ribera del canal.
No nos podíamos ir de Francia sin al menos haber comido un crepe o un croissant recién hecho ¿no?
El tipo de viaje: libertad total
Otra (más) de las grandes ventajas de viajar en autocaravana o en barco fluvial es la libertad que ofrece este tipo de viajes. Puedes ir donde quieras, sin depender de horarios fijos ni de itinerarios estrictos. En ambas opciones, el viaje es a tu ritmo, lo que hace que cada día sea una nueva aventura.
En el barco fluvial, al igual que al viajar en autocaravana, tienes la flexibilidad de parar donde quieras para comer, descansar o explorar nuevos destinos. Los puertos fluviales ofrecen un ambiente relajado, y la sensación de poder parar en cualquier momento para disfrutar del paisaje o descubrir una nueva ciudad me recuerda mucho a las paradas espontáneas que hacemos en autocaravana.
Bueno, nosotros parque infantil que veíamos, parada que hacíamos…
Contacto con la naturaleza: una conexión especial
Desde la primera vez que decidimos viajar en autocaravana nos encantó el contacto directo con la naturaleza. Esto cuando vas de hotel en hotel no lo sueles vivir igual.
Estás rodeado de paisajes impresionantes, y puedes parar para hacer senderismo o simplemente disfrutar de la tranquilidad de un rincón apartado. Así lo vivimos en nuestro viaje por la Costa Oeste de Estados Unidos en autocaravana donde visitamos un montón de Parques Nacionales y podíamos parar a disfrutar del exterior en cualquier momento.
Con el barco fluvial, la sensación de estar en contacto con la naturaleza es aún más intensa que al viajar en autocaravana, ya que el agua te rodea por completo y puedes parar a dar un paseo, una vuelta en bici o caminar prácticamente donde te da la gana, es una auténtica pasada.
Paradas sin estrés: comer, cenar o tomar un café a tu gusto
Otro de los puntos que más disfruto de viajar en autocaravana es la posibilidad de parar en cualquier momento para hacer una pausa, ya sea para comer, tomar un café o simplemente descansar un rato y estirar las piernas. En el barco fluvial, esta flexibilidad también está presente.
Si te apetece, puedes tomar un café en el puerto mientras disfrutas de las vistas, o incluso hacer una pequeña excursión a pie por la zona. Lo más interesante es que no tienes que preocuparte por encontrar un restaurante o un lugar donde estacionar el vehículo, ya que el barco siempre está allí para seguir el viaje cuando decidas continuar y tienes a mano todo lo que necesitas.
Sitios para parar o pernoctar al viajar en autocaravana o barco fluvial
Los sitios donde parar a dormir también se parecen bastante en ambas formas de viajar. Al igual que las áreas de pernocta para autocaravanas, los puertos fluviales ofrecen un espacio cómodo para hacer una parada en el camino.
Es más, en determinadas rutas de turismo fluvial, y especialmente si navegas por canales, puedes parar donde más te guste para pernoctar y además es totalmente gratuito.
Sólo tienes que encontrar el lugar donde más te apetezca pasar la noche, acercarte a la orilla, pon un par de piquetas y voilá, ya tendrás tu lugar de ensueño para dormir bajo las estrellas.
Pero si eres de los que le gusta más el “camping”, no te preocupes porque en las rutas hay puertos y otros lugares destinados a pernoctar. Algunos incluso gratuitos y otros rondan entre los 10 y 40€ en función del destino.
También puedes combinar entre sitios de pago y gratuitos, como hicimos nosotros. Es lo bueno que tiene poder despertarte cada día en un lugar diferente.
Y no te preocupes que en la guía que te entregan tienes información de cada sitio al detalle.
Relación con otros viajeros: comunidad de aventura
Tanto al viajar en autocaravana como al hacerlo en barcos fluviales, vas a encontrar una comunidad de viajeros que comparte una pasión por este tipo de viajes. Aunque cada viaje es único y personal, siempre es interesante conocer a otros viajeros, intercambiar consejos y compartir historias. En los puertos fluviales, la sensación de comunidad es similar a la que encontramos en las áreas de autocaravanas. Es fácil socializar y hacer nuevos amigos, especialmente si viajas con niños, ya que siempre hay otras familias con las que compartir buenos momentos.
Ventajas del barco sobre viajar en autocaravana: navegando sin límites
Aunque ambos tipos de viajes ofrecen muchas ventajas, hay algo que el barco fluvial tiene sobre viajar en autocaravana: la posibilidad de navegar mientras realizas otras actividades. Y esto ya me parece lo más de lo más.
En el barco, puedes estar cocinando, descansando, jugando con los niños o simplemente disfrutando del paisaje sin tener que preocuparte por las carreteras o el tráfico. Es una forma increíble de desconectar y relajarte mientras te deslizas por el río, explorando nuevos lugares sin prisas.
Eso de estar leyendo un libro en cubierta, o simplemente tumbada al sol, mientras Mike estaba al timón, era una auténtica pasada. Nosotros llevamos varios juegos de mesa y libros y los aprovechamos un montón.
A nosotros nos ayudó mucho esto a la hora de madrugar. Mike y yo nos despertábamos tempranito, disfrutábamos tranquilamente de nuestro café en cubierta y empezábamos a navegar.
Las niñas en cambio dormían hasta más tarde y se despertaban cuando querían después de llevar ya un rato navegando. Ellas descansadas y nosotros relajados. Además así la navegación se les hacía mucho más amena. Ojalá esto se pudiera hacer en la autocaravana.
De esta manera, además, como las horas de navegación se hacen más amenas, puedes hacer rutas más largas porque se pasa el tiempo volando mientras haces otras cosas en el barco. Eso sí, el patrón será el que determine cuándo parar a descansar.
Conclusión: dos formas de viajar, una misma sensación de libertad
En resumen, tanto viajar en autocaravana como en barco fluvial ofrece una experiencia de viaje única y llena de libertad. Ambas opciones permiten disfrutar de la naturaleza, la comodidad, y lo mejor de todo: la posibilidad de viajar a tu ritmo, sin preocupaciones ni prisas.
Si ya eres un amante de viajar en autocaravana, te encantará probar las caravanas acuáticas y descubrir Europa desde el agua en un barco sin licencia. Y si nunca has probado ninguna de estas opciones, te animo a que las descubras; no te arrepentirás.
¡El viaje perfecto te está esperando!
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